Inauguración de la 49° Feria del Libro de Buenos Aires

El jueves 24 de abril se realizó el acto de inauguración de la 49° Feria Internacional del Libro en Buenos Aires. FAIGA-GUTENBERG estarán presentes en el Stand 3224 del Pabellón Ocre.

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Una vez, la Feria Internacional del Libro en Buenos Aires abre sus puertas. Esta vez, en su 49° Aniversario, se desarrollarán tres semanas con interesantes propuestas para todos sus visitantes, con presentaciones de libros, firmas de autores y un novedoso espacio de streaming.

El acto inaugural, como es habitual, tuvo lugar en el salón central del predio de La Rural, con la primera intervención correspondiendo al Presidente de la Fundación El libro, Christian Rainone. En un discurso medido, agradeció a todo el equipo de la Fundación para llevar adelante la organización del evento y destacó algunos de los puntos salientes del Programa de la Feria.

En su discurso, Rainone también hizo énfasis en los valores que representa la Feria del Libro, tomando como pilares la innovación, implementando en esta edición nuevas tecnologías complementarias a la lectura impresa; y la diversidad cultural de “expresiones culturales que enriquecen el libro”, poniendo como ejemplo el espacio cedido en esta ocasión al Museo de Bellas Artes.

En cuanto al contexto económico, el presidente de la Fundación señaló que se están implementando “nuevas reglas de juego”, y aseguró que un objetivo sectorial importante es la “expansión y profesionalización de las librerías”, para lo cuál reiteró en ya prolongado reclamo por la reglamentación del recupero de IVA para las librerías. A su vez, refiriendo al sector gráfico, Rainone mencionó la necesidad de “alinear los costos del papel con los valores internacionales” (sic).

Tras la bienvenida del Presidente de Fundación El Libro, aportaron sus palabras el Director Ejecutivo de la Comisión de Literatura, Publicación y Traducción del Ministerio de Cultura del Reino de Arabia Saudita, Dr. Abdulatif Alwasil, en representación de la ciudad invitada, Riyadh; el Secretario de Cultura de la Nación, Sr. Leonardo Cifelli; el Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Sr. Jorge Macri; y como escritor invitado, el reconocido Juan Sasturain.

Las palabras de Jorge Macri comenzaron por recordar al Papa Francisco I, reconociendo su labor como Jorge Bergoglio, y luego destacaron la importancia del valor cultural de la Ciudad, señalando que “Buenos Aires es un faro cultural para el país y la región”. En tal sentido, el Jefe de Gobierno enumeró algunas de sus gestiones destacadas en el área de cultura, tras afirmar que “la cultura no es un gasto, es una inversión”.

El momento más tenso de la noche se vivió con la participación del Secretario de Cultura de la Nación, quien agradeció al actual presidente de la Fundación por “despolitizar la cultura y permitir nuevamente el diálogo con Nación”, en una clara alusión al discurso de apertura de Alejandro Vaccaro en la edición anterior de la Feria, lo cual despertó el abucheo de cierto sector del público.

Cifelli sostuvo el tono confrontacional con sus detractores, a la vez que destacaba las políticas culturales llevadas adelante por el Gobierno de Milei para “facilitar” el desarrollo de la cultura, entre las cuales mencionó la “eliminación de la Ley de Tintas” (sic) y auguró que, dado el rumbo económico actual, “en 2025 estamos mejor parados”.

Por último, el cierre estuvo a cargo del escritor Juan Sasturain quien, como si hubiese anticipado el futuro, elaboró una extensa exposición que representó una crítica soslayada a los “tiempos discepolianos” que transcurre la sociedad argentina, en el que teorizó sobre el fenómeno que denominó como “Mal de Bierce” (en referencia al escritor estadounidense Ambrose Bierce). Según Sasturain, el “Mal de Bierce” es una “enfermedad social, degenerativa, que consiste en la paulatina pérdida de la vergüenza”, cuyos síntomas son la pérdida de la capacidad de empatía, la agresividad creciente, la flagrante irresponsabilidad, la megalomanía y una tendencia a la confusión conceptual.

Es por ello que, el escritor finalizó su alocución con el siguiente llamado: “Resumiendo, cabe estar atentos todos a la aparición –enfrente, a nuestro lado o en el espejo personal- de cualquiera de estos síntomas lamentablemente generalizados. Y obrar en consecuencia, antes de que sea tarde. Mientras sintamos vergüenza habrá esperanza para todos y cada uno.”